Imagino que somos muchos los Profesores de Judo, que vivimos la Navidad y lo celebramos y demostramos de diferentes maneras. Como este año no va a poder ser como siempre, quiero recordar como las hemos llevado durante más de cuarenta años en el club de Judo Las Fuentes.
Espero que muchos Profesores al leer esto, sintáis que no estáis solos, y os identifiquéis también con nuestras celebraciones.
En mi casa desde pequeños, mi madre nos inculcó el sentido de la Navidad y nos enseñó a vivirla de una manera determinada. Un fin de semana a mediados de diciembre, poníamos el Belén, montábamos el árbol, y adornábamos la casa con motivos navideños. A raíz de allí y hasta Reyes, escuchábamos y cantábamos villancicos, atendíamos las visitas de familiares, despedíamos el año y celebrábamos la llegada del nuevo, escribíamos y esperábamos a los Reyes, y en los postres había turrón.
Esta tradición, de alguna forma la heredé, y cuando tuve “mi club”, como soy un clásico traté de hacer lo mismo. Y como mi amigo y socio Jesús Sánchez nunca puso ningún reparo, durante más de 40 años el club de Judo Las Fuentes, se vestía de Navidad.
El día 8 de diciembre, aprovechando “el puente de la Inmaculada”, dedicaba una tarde a nunca mejor dicho, “montar el Belén”. Adornos desde la entrada y al fondo el abeto más grande que podía encontrar.
Un árbol de Navidad de Judo en toda regla, con muñecos en judogi (que encargué hacer), realizando diferentes movimientos, adhesivos de Judo, llaveros de Judo, judogis publicitarios de coche, papa noeles, crismas y felicitaciones que recibíamos, y un Belén en la base.
Abrir la puerta y entrar en el club, era respirar una mezcla de olor a club de Judo con el de abeto, que siempre fue de verdad. Y todo esto ambientado con una música de fondo de villancicos clásicos de toda la vida, que hacía que los pequeños se quedaran boquiabiertos delante de aquel árbol gigante para ellos, lleno de Judo, y los mayores mirando y seguro impactados en un primer momento, y tratando de buscar entre las ramas las distintas parejas de movimientos y adhesivos de distintos clubes.
Desde esa fecha, durante ese mes de diciembre, los primeros años en cada grupo de Judo se realizaba su competición de Navidad. En ocasiones con papás como espectadores, otras veces sin público, pero todos competían.
Años después, en cada grupo se hace su fiesta y se realiza su exhibición de Navidad, siempre con espectadores. Acondicionamos la sala y se ponen alrededor.
Con los adultos realizábamos un tsuki nami shiai, que es una competición en línea. Todos en fila de menor a mayor peso, comienzan los dos primeros y el que gana se queda y compite con el siguiente.
Gana el que consigue ganar más combates seguidos.
Durante años ese día, después hicimos la cena de Navidad del club.
Y desde 1980 la semana de Navidad y terminando siempre el día de Nochebuena, celebramos el kangeiko a las 6’30 de la mañana.
El kangeiko se ha terminado siempre el día 24 por la mañana con un desayuno importante en el bar de enfrente del club. Por eso dejamos de hacer la cena de fin de año. Eran muchos eventos gastronómicos en muy pocos días…
Y desde el día siguiente a Navidad, hasta Reyes, durante años hemos celebrado el Entrenamiento especial de Navidad: 9 horas correr, 10, musculación y 11 Judo.
El día 31, día de Nochevieja, último día del Año, y después de hacer Judo, durante muchos años brindamos con el whisky de los buenos deseos”.
Una botella diseñada con dioses japoneses, que me regalaron en un viaje a Japón, y que dice que brindar por el año que empieza, con el whiky de esa botella, que he tenido la precaución de ir rellenando para que quede siempre algo de “la cepa madre”, augura un buen año en el sentido que se desee.
Y así ha sido, “grosso modo”, prácticamente la Navidad en el club de Judo Las Fuentes durante más de 40 años.
Seguro que todos tenéis una historia similar que contar y que este año todos añoraremos porque ninguno podemos celebrar.
Y es que este año, son unas Navidades distintas.