Talla como educadores

 

Comentaba el psicólogo y pedagogo Bernabé Tierno que ante la pregunta de algunos jóvenes educadores de cómo podían saber si hacían bien su labor, contestaba que la talla del educador se mide a través de sus alumnos midiendo su autoestima, su confianza y su sentido de competencia.

Vamos a intentar analizar estas tres variables de las que habla Bernabé Tierno aplicadas a nuestro mundo del Judo.

Hace tiempo escribí un artículo titulado ¿Cómo educa el Judo?, y concluía diciendo que el Judo por si solo, no educa. Educa el Profesor valiéndose del Judo para hacerlo.

Y después de leer a este psicólogo me afianzo en lo dicho.

Y tenemos que medir cómo la práctica del Judo alimenta la autoestima, la confianza y el sentimiento de competencia en nuestros alumnos.

 

La autoestima.

“Es la valoración que una persona tiene de si misma”.

El niño o el adulto comienza a practicar Judo, y en un ambiente desconocido y nuevo para él, enseguida empieza a ser alguien.

Ocupa su lugar en el club, en el vestuario, en el tapiz, se le reconoce, se le empieza a llamar por su nombre, se le echa en falta cuando no viene. El Profesor, el más importante de la sala se preocupa por él, le explica movimientos, le cuida, le corrige, le escucha, trata de entenderle.

Piensa en un futuro la posibilidad de obtener un color en su cinto, empieza a conocer a sus compañeros que también aprenden como él, entre ellos se ayudan, descubre un mundo nuevo que solo conocen unos pocos y donde en muy pocos días y con muy pocas sesiones ya es alguien…

Un adulto profesionalmente establecido, que ha elegido el Judo como deporte para hacer ejercicio seguro que no necesita del Judo para afianzar  y hacer crecer su autoestima, aunque el hecho de aprender una disciplina deportiva y de encontrarse mejor físicamente influye en encontrarse mejor. En un niño en pleno desarrollo y crecimiento muchas veces es determinante.

 

La confianza en si mismo

“Es una actitud que permite a los individuos tener una visión positiva acerca de ellos mismos. Las personas que confían en si mismas, creen en sus habilidades y creen que son capaces de hacer lo que planean y esperan”.

Lo primero que se aprende cuando se empieza a hacer Judo, son unas normas que todo el mundo cumple y que hace todo más sencillo y agradable.

Lo siguiente es a caer. Enseguida se aprende como hacer para tirar. Y se empieza a entender como puede utilizar su cuerpo para moverse y hacer ejercicios, que de no hacer Judo, a veces nunca haría.

Y saber como tiene que hacer las cosas, notar como los ejercicios y los movimientos le van saliendo, sentir como su Profesor y sus compañeros se preocupan de que pueda hacer bien, de que se sienta cómodo, afianza su autoestima y la confianza en si mismo.

 

Sentimiento de competencia

“Es la convicción de que se está lo suficientemente capacitado y preparado para poder hacer frente a cualquier situación que se nos presente aunque sea imprevista. Es una  sensación de poder que se consigue de los propios conocimientos y experiencias positivas”.

Y en Judo el sentimiento de competencia se consigue afianzando los movimientos. Consiguiendo que le salgan cada vez mejor y con más soltura. Y los “más difíciles” en las oportunidades más complicadas.

Y obteniendo cinturones.

Y participando y ganando competiciones. Empezando a darse a conocer, a ser alguien, primero en su clase, en su club, en su Autonomía… y a ser alguien ya no solo porque gana y lo hace bien, sino por como hace, como se conduce…

Y el sentido de competencia se acrecienta cuando es acogido y valorado por sus amigos, por su Profesor, por judokas de otros clubes…

Se ha hecho un sitio en el mundo de su Judo y “es alguien”, se siente importante, “y capacitado y preparado para poder hacer frente a cualquier situación…”

 

Y vamos con el Profesor

Después de introducir estas tres variables en nuestro mundo del Judo, para ver como influyen en la formación y en la educación de nuestros judokas, tenemos que asumir también los profesores, que también somos judokas, nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestro sentimiento de competencia.

Porque como profesores tenemos que tener conseguidas y administradas,  por el Judo o no, mucho de estas tres cualidades para poder trabajar con dedicación.

Porque nuestros alumnos necesitan que seamos un generador constante de seguridad, para  que reafirmen la confianza en ellos mismos.

Y allí estamos junto a ellos, para hacerles entender que “pueden porque les parece que pueden”.

Y como profesores tenemos que mantenernos con una alta autoestima, una importante confianza en nosotros mismos y un sentimiento de competencia fuerte, porque si no creemos en nuestras posibilidades, ¿cómo vamos a ser capaces de despertar confianza en nuestros alumnos?

Y como dice Bernabé Tierno, es midiendo estas tres variables en nuestros alumnos, y quizá haciendo un histórico en nuestra vida como profesores, como podemos medir también nuestra talla como educadores.