Sin palabras
“No te jubilaras nunca maestro, porque estás enamorado”, me dice mi alumno Sergio Gayan, segundo dan, actual director en una entidad bancaria, y padre de dos de mis niños pequeñitos de los miércoles, refiriéndose al Judo, cuando a principio de la semana antes de Navidad le comento mi sensación de agobio pues tengo dos exhibiciones en clases de pequeños y la celebración del kangeiko. Tengo que reconocer que no afronto igual las sesiones con pequeños que con juveniles o adultos. Las sesiones con pequeños que podían parecer más sencillas y de menor responsabilidad, para mí me resultan más estresantes. Quizá porque a los juveniles y adultos los conozco más y […]