En las exhibiciones de Judo explicamos que el Judo es un deporte de lucha que consiste en aprender unas técnicas para proyectar y controlar al contrario.
Pero en cuanto se empiezan a mover nuestros niños, se evidencia que Judo es mucho más. Que Judo es ante todo… respeto, orden y obediencia.
Esto me venía a la cabeza volviendo a casa después de una tarde en el club un miércoles a primeros de septiembre en que “arrancando”, se empezaban a incorporar alumnos en las distintas sesiones.
Esa tarde había tenido que lidiar con el grupo de pequeñitos, aun no con todos incorporados, pero con algunos nuevos de solo tres años. De tres años que antes no cogíamos ninguno, pero ahora, como son hermanos, hijos de alumnos, compromisos, de alguna manera, y si no “piden nada especial”, ya los tenemos.
Ya he comentado alguna vez que la sesión que más me “inquieta” es la clase de pequeñitos. Quizá porque no los conozco lo suficiente, porque no sé de que pie cojea cada uno, y por la incertidumbre de cómo van a reaccionar ante lo que les pueda ir presentando.
Esa tarde mi alumno David Crespo me acompañaba. Durante el curso los miércoles, David antes por una cuestión de horario, y ahora porque le apetece estar conmigo y con mis niños, llega al club a entrenarse mucho antes de su hora, y recién iniciada esa sesión, suele pasar al tapiz.
David se ha hecho un referente para mis niños de ese grupo. Los “veteranos” ya lo conocen y les gusta que venga. Y a mi, qué queréis que os diga, me encanta y con David cerca, me siento acompañado y más fuerte.
Para los nuevos lo he presentado: “Se llama David y es tercer dan. Empezó a hacer Judo como vosotros también con tres años, cuando ha competido ha sido campeón de Aragón y de otras competiciones muchas veces, y ganado también medallas nacionales, ahora es Profesor de Judo y estudia psicología”.
Y sigo diciendo:
“Pero lo más importante no es que haya competido ni que haya ganado, que también. Lo más importante es como lo ha hecho. Independientemente de que sea Profesor de Judo y estudie psicología, lo más importante es como se sabe comportar, su forma de ser”.
Tener a David en el tatami me ayuda a crear una situación y un clima positivo, que como dice el doctor en Ciencias de la Educación Martín Pinos, es esencial para que los niños se sientan felices.
Creando un clima positivo, como dice Martín Pinos conseguimos que nuestros niños puedan expresar sus emociones, manejen sus reacciones negativas, podamos tratar de enseñar a pensar bien, a que digan lo que piensan y a que piensen lo que dicen, con lo que se sentirán satisfechos y en esa situación segregando endorfinas se sentirán mejor.
Por que, ¿qué alumnos queremos tener?
Queremos tener alumnos con una actitud positiva, motivados por aprender, que quieran y sepan cooperar, que sepan pensar de manera adecuada, que sepan comunicarse y que sepan saber estar en todo momento.
Y en este clima positivo que los Profesores de Judo tenemos que conseguir crear, es donde tenemos que lograr llegar a querer, a creer, valorar y potenciar a nuestros alumnos.
Para ello tenemos que hacer que se sientan motivados, reconocidos dentro del grupo, que sean conscientes de como los desafíos y retos de aprender y realizar nuevos movimientos, de competir, de pasar de grado, en definitiva de practicar Judo, les hacen crecer y contribuye a su bienestar.
Y tenemos que llegar a conseguir que nuestros alumnos sean buenas personas y ayuden a sus compañeros, que alegres, valoren lo positivo y hagan las cosas ordinarias como extraordinarias.
Y así, aplicando la máxima de Jigoro Kano “amistad y prosperidad mutua”, estamos en las mejores condiciones para arrancar el curso.